Me apetece hoy pararme a recordar a uno de los cantautores más importantes que seguramente hayamos tenido en nuestro país, a la vez que quizás extrañamente desconocido (por lo menos para mi generación y las circundantes: 1985). Sin duda quien haya profundizado en el conocimiento de los cantautores españoles conocerá a Hilario Camacho, cuya etapa de producción más destacada se sucedió en las décadas de los 70 y los 80, sin dejar de editar nuevo material en años posteriores, con bastantes dificultades debido a su poco éxito con las discográficas, y unos años en los que su presencia queda oculta bajo el silencio de los medios.
Musicalmente resulta bastante versátil y trabaja sobre distintos ritmos, sin encerrarse en una única fórmula concreta. Comienza su andadura en los años sesenta, poniendo música a poemas de poetas clásicos castellanos, pero es en 1972 cuando se publica su primer disco, A pesar de todo, con algunas letras de algunos compañeros, de algún poeta (Blas de Otero, José Batlló) y un par de canciones con su propia letra.
Su disco mejor acogido por la crítica fue el segundo, De paso, publicado en 1975. En él se fusionan distintos sonidos: folk, jazz y canciones propias de cantautor. Algún poema de Antonio Machado (El agua en sus cabellos); Volar es para pájaros, canción que compuso con Pablo Guerrero y que ahora es una de sus canciones más clásicas,
http://www.youtube.com/watch?v=MPX9oZs0IUU
junto a Cuerpo de ola, que también aparece en este álbum. Participan en él músicos destacados, como el bajista Quique Santana o un aún muy joven Jorge Pardo, y que ahora da tanto que hablar en los círculos del jazz.
Y se van sucediendo sus distintos discos en la misma línea, con variado carácter musical, a menudo con bastante riqueza instrumental, a veces con mayor sencillez, con letras de gran lirismo y una voz que acompaña de manera muy acertada a cada una de sus melodías. También llegarán a incorporarse sonidos latinos y un mayor acercamiento al pop
En 1986, en su disco Subir, subir aparecen dos colaboraciones con Joaquín Sabina, canciones compuestas entre ambos: ¡Taxi! y Negra noche. Esta segunda canción también aparece en el álbum Ruleta Rusa de Sabina, cuya letra aparece con ligeras variantes según se trate de la versión de Camacho o de Sabina.
Ese mismo año graba con Twins Gran ciudad, el disco en el que aparece por primera vez su canción Tristeza de amor, muy popularizada al tratarse de la sintonía de una serie de televisión homónima protagonizada por Alfredo Landa y Concha Cuetos.
http://www.youtube.com/watch?v=sLNhGccpnBA
Este año, 2010, la canción aparece versionada por Danza Invisible en su disco de versiones Tía Lucía:
http://www.youtube.com/watch?v=hbZpE2SjVrg
En 1998, tras unos años de silencio, aparece Lunático veneno, un nuevo disco con temas inéditos. En él intervienen como colaboradores Carmen Rodríguez (La Plata) y los hermanos Urquijo (Los Secretos). Pero estamos ya en una etapa en la que Hilario pasa silenciosamente por la escena musical de España. Se queda sin discográfica, y sólo unos años después consigue que se publique un nuevo disco con nuevo material No cambies por nada, en 2003, pero pese a la gran calidad musical que Hilario Camacho sigue conservando, no tarda en quedarse sin sello discográfico nuevamente. Este fue su último disco con material inédito.
Y la gran conocida de Hilario Camacho, que tanta gente desconoce... y que sin embargo no aparece en ninguno de sus discos, ¿cuál es¿
Este cantautor y compositor se encargó de la sintonía de una conocida serie de dibujos animados infantil... David el Gnomo.
http://www.youtube.com/watch?v=wnv_RZzCuzY
Hilario Camacho nos abandonó un 16 de agosto de 2006. Se suicidó y dejó una carta en la que denunciaba que el mundo de la música está lleno de estafadores. Estaba por llegar en las siguientes semanas Una mirada diferente, su último disco, en el que había regrabado antiguos temas sólo con guitarra y voz, para ofrecerlas con otra perspectiva. De ahí el acertado título del álbum. El día en que iba a salir a la venta este disco, 26 de octubre, se homenajeó a Hilario en el teatro Lope de Vega, en la misma ciudad que lo vio nacer, crecer y morir: Madrid.