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LETRAS NÓMADAS

Sinuhé el egipcio

Sinuhé el egipcio

Una de mis lecturas veraniegas ha sido un libro al que ya hacía tiempo que le tenía ganas, y por fin ha caído: Sinuhé el egipcio, del autor finlandés Mika Waltari, que me ha tenido enganchada desde el primer párrafo hasta el último.

Ya anteriormente (hace algunos veranos ya, pero me acuerdo de que también fue en época estival) me leí S.P.Q.R. del mismo autor, de la que si bien no recuerdo muy bien en qué episodios de Roma se centraba, sé que, pese a su larga extensión (bastante más de mil páginas) estuve enganchadísima también, y en la playa los ratos que no estaba en el agua estaba en su lectura. Alucinante Mika Waltari.

Pero centrándome ahora en la novela que he leído ahora, he terminado igualmente con muy buen sabor de boca. El personaje de Sinuhé es real, protagoniza una novela histórica que, seguramente no enteramente, pero sí que es muy fiel a la realidad, y nos habla de la vida del Antiguo Egipto como si él mismo hubiera vivido allí, aunque es un autor del siglo XX. Para los amantes de Egipto es un libro muy interesante, que además nos va relatando sucesos que ocurrieron en vida de Sinuhé (centrándose en la vida de este médico del emperador, lógicamente), allá por la XII dinastía, y narrando los hechos en primera persona (en boca de su protagonista). 

Me tendrán que disculpar que no entre en más detalles sobre la historia, pero tengo una memoria muy mala para relatar los libros y las películas, aun recién leídos (y vistas), sobre todo cuando se trata de una novela de este tipo en la que van ocurriendo muchos sucesos distintos a lo largo de la vida del protagonista, y tampoco le veo mucho sentido a dar pinceladas sin rumbo.

Sólo indicar algún punto que me llamó la atención, y son las abundantes referencias a la técnica de la trepanación.

Y expongo como muestra el primer párrafo de la novela, que ya resulta de lo más sugerente:

“Yo, Sinuhé, hijo de Senmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar las alabanzas de los dioses del país de Kemi, porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo. No para halagar a los dioses, no para halagar a los reyes, ni por miedo al porvenir ni por esperanza. Porque durante mi vida he sufrido tantas pruebas y pérdidas que el vano temor no puede atormentarme y cansado estoy de la esperanza en la inmortalidad como lo estoy de los dioses y de los reyes. Es, pues, para mí solo para quien escribo, y sobre este punto creo diferenciarme de todos los escritores pasados o futuros.”

Traducción de Manuel Bosch Barret,; edición de  Random House Mondadori.

Hablando de Sinuhé, no puedo evitar hacer alusión a la canción de Silvio Rodríguez, si me permiten la licencia, aunque en esta ocasión el cantautor cubano utiliza la figura de Sinuhé para llevarse el tema a la problemática de Iraq.

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