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LETRAS NÓMADAS

El desván de los vacíos

Y me dio por indagar...

Y me dio por indagar...

Algunas reflexiones tienen su origen en un diálogo articulado frente a una cachimba y una tetera llameante.

Un fragmento de una de las últimas conversaciones tomó la dirección hacia el origen de nuestros antepasados prestando atención al significado de nuestros apellidos.

Y me dio por indagar... me enfrasqué durante algunas horas en una búsqueda centrándome en los que resultan ser mis cuatro primeros apellidos. Y como suele ocurrir, algunos de ellos no plantean mayor problema y son fácilmente localizables a pesar del transcurso de los siglos. Si bien uno halla sus orígenes en raíces vascuences, otro de ellos es de origen romano.

El dilema lo encontré en el primero y en el cuarto, pues a pesar de que pensaba que los tan extendidos apellidos en -z propios de tierras ibéricas presentarían un origen bien definido, topé con distintas versiones y teorías que hicieron tambalear mi tradicional creencia (lo que siempre había escuchado hasta entonces) de que eran de origen visigodo. Es esta una de las teorías con mayor peso, pero me encontré con otras dos que nunca había escuchado ni se me habían pasado por la cabeza: para algunos serían de origen latino, pero otros lo consideran un resto prerromano, cercano al vascuence o incluso proveniente de él directamente.

De todo lo que me encontré, pongo a continuación el enlace que encontré más interesante. Especialmente, porque demuestra que se ha documentado previamente en libros editados:

http://www.heraldaria.com/apellidos.php#12

Lo que me estaba perdiendo

Hay que ver lo que me estaba perdiendo. Hace algunos días fui a visitar a un amigo de Colmenar de Oreja (Madrid), y, conociendo su pueblo, conocí también, de la forma más insospechada, a un interesante artista. Quién me lo iba a decir, que en un tranquilo paseo rural con un amigo iba a llegar a un museo de lo más interesante. Se trata del Museo de Ulpiano Checa, un ilustre pintor de esta localidad madrileña, tristemente desconocido para el público general, a la par que internacional. Vivió entre 1860 y 1916, y su producción pictórica es amplia y diversa. Se formó en la Real Academia de San Fernando de Madrid, y en 1880 participó en la fundación del Círculo de Bellas Artes. Fijó su residencia en Francia, al casarse con una francesa, en 1890, año en que también obtuvo la tercera medalla en el Salón de París con su obra Carrera de Carros Romanos.

                                         Carrera de carros romanos

Es Ulpiano un pintor viajero, lo cual se refleja a la perfección en su obra. De hecho, en su Museo podemos ver seis salas, que son las siguientes:

Sala 1: Colmenar de Oreja

Sala 2: Mundo romano

Sala 3: América

Sala 4: África

Sala 5: España

Sala 6: Francia

Asimismo, trabajó distintos géneros de la pintura: retratos, pintura costumbrista, cuadros impresionistas, expresionistas... Es un artista integrador, logra fundir en su obra los hallazgos y los conceptos de todos los "ismos" de aquella época de vanguardia.

La literatura y la música son constante inspiración para él. En el cuadro ya mostrado de la carrera de carros, expone un pasaje de la novela Ben-hur. Y más tarde, inspirado en la novela de Bulwer-Lytton, realizó Los últimos días de Pompeya (medalla de oro en la exposición universal de 1990).

Los últimos días de Pompeya

En general, se puede decir que representa escenas muy narrativas, con minuciosos detalles, con una perspectiva muy bien trabajada. Sus escenas nos recuerdan a las del cine. Fíjense  a continuación en esta representación tan magistral de la naumaquia:

La naumaquia

Y ahora, la representación de una fantasía árabe, de las cuales hay varias muestras, pero la siguiente es bastante significativa:

Fantasía árabe

Pero no sólo pintó, también esculpió.

Escultura de Ulpiano Checa

Y algunas obras de su producción las podemos ver en otros museos a lo largo del mundo, incluyendo el Museo del Prado, el Thyssen, el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, la Academia Española de Bellas Artes de Roma, y por supuesto en Francia también hay algunas muestras.

Y con esta, por hoy, me voy galopando:

caballos desbocados

Curiosidad aparte, Colmenar de Oreja es un pueblo del sureste de la Comunidad de Madrid, que linda con la provincia de Toledo. Hoy nadie lo diría, pero durante buena parte del siglo XIX e incluso del XX, era la tercera población en número de toda la Comunidad. Conserva buena parte de su esencia de pueblo típico madrileño, incluso su Plaza Mayor (no tan grande ni importante como la de su vecino Chinchón, pero en la misma línea). Hasta pronto.

 

 

Poderosa Afrodita

Poderosa Afrodita

Tengo una deuda personal que saldar con el mundo de la cultura: más en concreto con el mundo del cine. Me declaro una completa analfabeta del séptimo arte. De verdad os sorprenderíais de saber la cantidad de películas que todo buen cinéfilo considera imprescindibles y que yo no he visto. Gracias hay que dar si llego a decir "me suena", pues lo habitual es que ponga cara de "¿Pero qué me estás contando?"Ni hablo ya de cuando oigo cómo los demás hablan en torno a mí con toda naturalidad de no sé gran actor, qué gran actriz... y si es de directores, ni te cuento.

El caso es que cuando veo alguna (nunca en la tele, por favor, con el añadido de la publicidad de veinte minutos cada cuarto de hora de película se me hacen realmente infumables) sí me gusta, pero soy muy perezosa a la hora de ponerme a ver una peli. Bufff, hora y media como mínimo viendo eso... lo dicho, mucha pereza. Lo bueno de la música y la lectura es que estoy un rato con ello y cuando yo quiero, lo dejo. Ver una película a trozos me resulta incómodo, así que cuando veo una, la veo entera de tirón.

¿Quizás haya influido la inexistencia de este arte en la educación secundaria? Me resulta sorprendente cómo, teniendo en cuenta que a la literatura, la música, las bellas artes (pintura, escultura, arquitectura) sí que les presta atención en el mundo de la educación, mientras que el cine en este ámbito no existe (salvo, quizás, en determinadas optativas y sólo en determinados institutos). Recién licenciada en filología clásica como estoy, no dejo de preguntarme cómo es posible que no hubiera en mis estudios ningún espacio dedicado al cine, con la enorme influencia que la cultura grecolatina ha ejercido en él (a través de la literatura, por supuesto).

¿Y si hubiera tenido la opción de elegir alguna asignatura que relacionara cine y literatura clásica? Entonces, estoy segura, una de las películas de las que nos habrían hablado, sería Poderosa Afrodita (1995), de Woody Allen (bravo, esta vez sé quién la dirige, y también actúa en ella). La vi este último martes y es la primera vez que veo una película de Woody Allen, os aseguro que es verdad. Me encantó, ya que además del entretenimiento que supone la comedia, me gustó descubrir en ella técnicas inspiradas en la Antigüedad: el uso del coro, que paralelamente al desarrollo de la historia aparecía de vez en cuando sobre un escenario clásico, rodado en Taormina, Sicilia. De modo que, al tiempo que un coro cuenta una historia en un teatro, en otro lugar del mundo, la misma historia no es ficción, sino realidad.

La mujer de Lenny (Woody Allen) quiere adoptar un niño y, aunque él al principio se resiste, al final termina cediendo. Con el tiempo acaba encantado con él y, a medida que va creciendo, siente la imperiosa necesidad de conocer quiénes son los padres reales del muchacho. Indagará en busca de la verdad hasta el final, convencido de que es hijo de unos genios. En realidad, acaba descubriendo que es hijo de una prostituta y actriz porno, a la que llegará a conocer personalmente.

Visto está que estoy condenada a tener que descubrir por mí misma este tipo de lazos entre literatura y cine (muy abundantes, por lo que he oído y leído), y seguir poco a poco profundizando aún más en el mundo del cine, para adquirir unos básicos conocimientos sobre ello. A ver, si como este pasado martes, consigo encontrarme con más gratas sorpresas, como Poderosa Afrodita.